Hay datos que indican que el berro era conocido por muchos pueblos antes que el trigo. Esta maravillosa y muy sabrosa hierba picante crece incluso sobre papel mojado, madurando en diez días.
Su sabor pungente y picante se debe a su composición química , rica en yodo y aceite de mostaza.
El berro en la medicina se utiliza tradicionalmente como un potente estimulador vitamínico, un tonificante general, diurético, cicatrizante, antidepresivo, antibiótico natural y antifúngico.
Además, el tratamiento con berro en conjunto con medicamentos anticancerígenos actúa como un fuerte antioxidante, y gracias a su gran cantidad de vitaminas y ácidos grasos, apoya al organismo en su conjunto.
Los hipertensos reducen la presión con un manojo de berro. El berro ayuda a restaurar la visión, trata infecciones de las vías respiratorias superiores y se usa en casos de anemia.
Los diabéticos reducen el azúcar en sangre con berro; además, el berro ayuda a perder peso.
El uso externo del berro consiste en hacer cataplasmas de hojas de berro sobre heridas, úlceras, quemaduras, acné, forúnculos. El aceite de semillas de berro se puede utilizar de la misma manera que la pulpa.
El aceite de berro se puede hacer de forma casera: mezclar cualquier aceite vegetal que te guste (por ejemplo, aceite de espino cerval o de lino) con hojas de berro en una proporción de 1:1 y dejar reposar en un lugar oscuro. Este aceite se puede usar para masajes, aplicar en articulaciones dolientes y tomar en ayunas una cucharadita para la recuperación en caso de avitaminosis.
Es muy fácil cultivar berro en casa .
Tanto las hojas como las semillas son mejores consumidas frescas, así obtienes no solo un mar de nutrientes, sino también fibra.