Cuando se han llevado a cabo los
trabajos preparatorios
y se ha determinado la
fecha de siembra
, es hora de ponerse manos a la obra. Sembrar semillas para plántulas no es complicado: la profundidad de la siembra y la temperatura de germinación deben estar indicadas en el reverso del paquete de semillas. Si tienes semillas llamadas “reliquia” (por ejemplo, envueltas en papel de periódico), la tabla a continuación puede ser útil.
Cómo sembrar semillas para plántulas
La mayoría de las semillas necesitan ser remojadas previamente. Este procedimiento puede combinarse con un tratamiento antifúngico y, si deseas, con el uso de estimulantes de crecimiento. Remojar las semillas las ayuda a “despertarse” y reduce el tiempo de germinación en varios días, lo que también disminuye la probabilidad de que los hongos penetren en las semillas. Existen muchos métodos para remojar y tratar las semillas; en mi artículo del año pasado puedes encontrar varios enfoques para diferentes tamaños de semillas.
En un contenedor generalmente se colocan 2-3 semillas para igualar las probabilidades de germinación y elegir el brote más fuerte para trasplantar. Al cubrir las semillas con tierra, es importante compactarla ligeramente para que estén en contacto con el suelo. Pulveriza la superficie con un atomizador y cúbrela con un pequeño invernadero. Para mis pocas plantas de tomate confeccioné un invernadero primitivo usando plástico y palillos de bambú, pero prometo pronto buscar más ideas en línea y preparar un artículo.
Revisa los contenedores diariamente, ventílalos y controla la temperatura. Durante el periodo de germinación es muy fácil arruinar todo debido al moho.
Cómo cuidar las plántulas
Todo lo que necesitamos hacer es mantener las plántulas en un ambiente cálido y mantener una humedad moderada.
Tan pronto como los brotes emergen, retira el invernadero y asegúrate de proporcionar luz adicional. Las lámparas fluorescentes de luz diurna son una solución de compromiso si no tienes acceso a lámparas de espectro específico para plantas. Otra opción excelente son las tiras de LED. Puedes aprender más sobre iluminación adicional en artículos anteriores 1 , 2 y 3 . La lámpara debe colocarse a no más de 20 cm de los brotes; además de luz, también proporciona algo de calor necesario. Sin iluminación adicional, es difícil controlar el alargamiento de las plantas en busca de luz, así que es necesario girar diariamente los contenedores. El día de luz óptimo para plántulas en desarrollo es de 15-18 horas.
El suelo no debe estar empapado; hasta que aparezcan las primeras hojas, el riego debe ser ligero, preferiblemente con atomizador. Una vez que aparezcan las primeras hojas verdaderas, es mejor regar desde el fondo del contenedor. Durante un tiempo continuo cubriendo los contenedores con el invernadero durante la noche, aunque no estoy segura de que sea absolutamente necesario.
Fertilizantes para plántulas
Con las primeras hojas, las plantas agotan los nutrientes propios de las semillas, y desde este momento es necesario agregar fertilizantes específicos para plántulas en el sustrato. Es especialmente importante en caso de utilizar mezclas de inicio estériles (turba/perlita/vermiculita). A diferencia de las plantas en macetas, que pueden absorber fertilizantes de liberación lenta, las plántulas necesitan soluciones líquidas de absorción rápida.
Las plántulas son muy sensibles a la temperatura, especialmente durante la fertilización. El suelo frío reduce la capacidad de las plantas para absorber nutrientes y suprime la actividad de las bacterias beneficiosas en fertilizantes compostados. Por ello, los fertilizantes para plántulas deben aplicarse a temperatura ambiente o ligeramente más tibios.
Las raíces de las plántulas son muy delicadas y sensibles a altas concentraciones de nitratos y minerales en los fertilizantes. Por lo tanto, lo ideal es usar soluciones más diluidas pero aplicarlas más frecuentemente, aproximadamente cada 7-10 días.
Endurecimiento de las plántulas
El endurecimiento y la aclimatación de las plántulas pueden comenzarse tan pronto como aparezcan las primeras hojas. Haz corrientes de aire leves sobre ellas pasando la mano por encima varias veces al día. Abre las ventanas unas horas al día y expón las bandejas a la luz solar directa comenzando con una hora diaria. La adaptación de las plántulas al suelo exterior también incluye noches frescas y un riego más moderado sin agua tibia. Todo esto debe hacerse sin exagerar, solo con plantas saludables y considerando su especie: las coles de temporada intermedia, apio, lechuga y acelga pueden tolerar heladas breves, mientras que los tomates, pimientos, berenjenas y pepinos son muy sensibles al frío.
Trasplante con el crecimiento y plantación en suelo
No se debe esperar a que los plantones superen sus contenedores. Cuando las raíces chocan con las paredes, las plantas reciben una señal para ralentizar su crecimiento. Existe la opinión de que en ese momento también se establece la cantidad y calidad de la cosecha. Tan pronto como las plántulas con hojas verdaderas se fortalezcan y desarrollen otro par de hojas verdaderas, pueden ser trasplantadas a contenedores el doble de grandes. Si tus plántulas están creciendo en sacos de turba, tan pronto como veas las raíces sobresaliendo de la malla, es momento de trasplantar.
Como parte de la aclimatación, las plántulas se trasplantan a una mezcla de tierra de jardín y un sustrato inicial en proporción 50/50. Durante 5-7 días después del trasplante, no fertilices ni generes un estrés innecesario para las plantas jóvenes.
El momento y el método para plantar las plántulas en el suelo dependen por completo del tipo de planta. Las recomendaciones generales son las siguientes:
- Las plántulas que han crecido demasiado y se han elongado producen una baja cosecha.
- Un día antes del trasplante, el suelo del jardín debe estar humedecido.
- Elige un día sin viento, preferiblemente nublado.
- Riega las plántulas después del trasplante.
- Cubre las plántulas con mantillo.
