El trasplante periódico de plantas es necesario. Al evitar este procedimiento para especies de rápido y medio crecimiento, corremos el riesgo de debilitar seriamente la inmunidad de la planta, impidiendo que se alimente y respire adecuadamente. Además, un trasplante realizado a tiempo es mucho más sencillo que limpiar una maceta rota que ha caído del alféizar de la ventana o trasplantar una planta que se ha adherido a las paredes de su maceta.
Problema nº 1. Raíces enredadas
El verdadero problema son las raíces finas enredadas que se enrollan en metros alrededor del perímetro de la maceta. Un enredo de raíces se convierte en una esponja seca hidrofóbica, de la que el agua rebota. Incluso si riegas la planta a diario, esta no puede alimentarse adecuadamente.
¿Cómo lidiar con este problema? Después de extraer la planta cuidadosamente de la maceta, es necesario cortar parte de las raíces alrededor del perímetro y en la base de la planta. Se puede eliminar hasta un tercio del volumen del cepellón. Después de recortar, tómate tu tiempo para limpiar las raíces de la tierra y las hebras de raíces muertas. Sumerge la planta en agua de lluvia o reposada a temperatura ambiente durante 1-2 minutos: las burbujas de aire saldrán de los enredos, la planta podrá absorber agua adecuadamente y hacer contacto con la tierra.
¿Cuándo es necesario trasplantar las plantas?
- La tierra se seca casi de inmediato, no retiene la humedad.
- Las raíces son visibles en la parte superior de la maceta o a través de los agujeros de drenaje.
- La maceta parece “estirada”.
- La planta ha crecido más que la maceta y está inclinándose.
- La planta crece lentamente, ha dejado de crecer.
- El último trasplante fue hace más de 18 meses.
¿Qué hacer antes de trasplantar la planta?
- Riega bien con anticipación. Un día o dos antes de trasplantar las plantas, es recomendable un riego exhaustivo. Es más fácil trasplantar de la tierra húmeda y disminuye la probabilidad de dañar las raíces delicadas.
- Prepara la maceta. Elige una maceta o recipiente que sea al menos un tamaño mayor que el anterior. No te dejes llevar por la tentación de trasplantar a una maceta más grande: las raíces crecerán más de lo necesario y las hojas y flores se volverán pequeñas. Algunas plantas no toleran el exceso de sustrato y pueden pudrirse. Si has usado la maceta anteriormente, desinfecta bien y si la nueva es nueva, lávala a fondo con jabón. Si los agujeros de drenaje son demasiado grandes, cúbrelos con un trozo de malla para mosquitos.
- Un tema debatido sobre el drenaje. Hay estudios que afirman que las capas de drenaje no ayudan a drenar el suelo y es mucho más efectivo usar una maceta con múltiples agujeros. Las piedras solo ocupan el espacio limitado en la maceta. Tradicionalmente, aún utilizo una pequeña capa de ladrillos rotos. El arcilla expandida lista para usar, ladrillos rotos, trozos de espuma, tapones de vino de corcho, fragmentos de cerámica rota, piedras de grava, piedras de granito: todo esto es adecuado. El drenaje traído de la calle debe ser desinfectado.
- Prepara el sustrato. Muchos tipos de mezclas de sustrato en paquetes no absorben bien la humedad, ya que se han secado durante el almacenamiento o tienen una calidad dudosa. Pero se puede preparar una buena mezcla a partir de la comprada: primero desinfectamos , humedecemos moderadamente (mejor agregar 2-3 gotas de vitamina B1), añadimos perlita y vermiculita (si no están en la mezcla lista), un poco de ceniza . Es necesario humedecer el sustrato antes del trasplante para que haya un buen contacto con las raíces.
- Condiciones favorables. La habitación debe ser cálida y moderadamente húmeda. Evita trasplantes programados antes de abril, en función de los días soleados y cálidos y la luna creciente. Proporciona a la planta un lugar sin corrientes de aire y luz solar directa.
¿Cómo trasplantar?
Mira este video. Un profesional trasplanta un bonsái y recorta las raíces antes de colocarlo en la nueva maceta. El autor dice que la mayoría de las raíces crecen “de reserva” y recortarlas solo estimula el crecimiento de la masa foliar.
- Llena la maceta con el sustrato preparado hasta dos tercios, dejando un hueco para la planta.
- Extrae la planta de la maceta vieja. Voltea la maceta boca abajo, sosteniendo el tallo entre los dedos. Si la maceta es flexible, aprieta ligeramente sus paredes y retírala. Sacar una planta de una maceta de cerámica puede ser más complicado: pasa un cuchillo por la superficie interna de la maceta y usa una pala para levantar el cepellón.
- Inspecciona cuidadosamente las raíces, elimina las muertas y las que están pudriéndose.
- Afloje el cepellón: “masajéelo”, dejando que la tierra vieja se desmorone.
- Si las raíces han comenzado a envolver la maceta por el contorno, deben ser recortadas hasta un tercio de su volumen.
- Sumergir las raíces en agua durante 1-2 minutos.
- Coloque la planta en el hoyo. Asegúrese de que las raíces grandes y sanas apunten hacia abajo y rellene con tierra, compactando un poco. Durante un par de semanas, la tierra se asentará y será necesario añadir un poco más.
- Humedezca el sustrato de manera que el agua drene por los orificios de drenaje. No deje la maceta en un plato lleno de agua: deje que la humedad se drene completamente. Este primer riego es necesario para un buen contacto de las raíces con la nueva tierra.
- Deje la planta en sombra durante aproximadamente una semana. Puede comenzar a fertilizar después de un mes; al principio, la planta obtendrá suficiente nutrientes de la tierra fresca.
Estas son recomendaciones generales para principiantes, pero cada especie tiene sus propias reglas y peculiaridades de trasplante que deben tenerse en cuenta.