Hoy quiero centrarme en la importancia de la temperatura para las plantas. No es ningún secreto que cada tipo de planta está adaptado a una zona climática específica, caracterizada por temperaturas determinadas. La temperatura varía a lo largo del año y del día: en los trópicos, estas variaciones son mínimas, pero en nuestras latitudes templadas, las temperaturas oscilan entre los 40 grados en verano y los -30 en invierno. Estas fluctuaciones de temperatura forman parte del ciclo de vida de las plantas: cuando sube la temperatura, brotan los cogollos; con el frío otoñal, se caen las hojas. A veces, la temperatura incluso engaña al reloj biológico de las plantas.
El principal problema en los apartamentos es el exceso de calor. En una vivienda, generalmente hay una temperatura constante, y cualquier fluctuación en el microclima del hogar no coincide con las condiciones atmosféricas exteriores.
Analicemos cada estación del año y veamos cómo podemos ayudar a las hierbas de jardín a adaptarse al microclima de nuestros hogares.
Verano
Comencemos analizando la situación sin aire acondicionado. Uno pensaría que la temperatura interior durante el verano es similar a las condiciones al aire libre. Pero en realidad, la temperatura dentro del hogar suele ser un poco más alta que la exterior. Cerramos las ventanas al salir al trabajo, los vidrios generan un efecto invernadero y no hay ni una mínima corriente de aire… Sin embargo, el efecto invernadero aquí ocurre en un ambiente seco, sin alta humedad. Por la tarde, cuando las plantas entran en un estado semidormido, las sometemos a ventiladores que soplan aire sobre ellas.
El aire acondicionado en casa también reseca el aire, por lo que es aconsejable rociar las plantas por la mañana y por la tarde, y colocar recipientes de agua cerca. También puedes adquirir una cascada decorativa en miniatura. El flujo de aire del aire acondicionado no debe mover las hojas de las plantas, ya que las corrientes de aire no son bien toleradas por las plantas ornamentales ni por las hierbas.
Solución: coloca recipientes con agua entre las macetas. La humedad ayudará a las plantas a sobrevivir al calor del verano. Protege las plantas del sol directo adhiriendo hojas de papel blanco o película reflectante a los vidrios (especialmente si las ventanas están orientadas al sur o al sureste).
Puedes ayudar un poco a las plantas a adaptarse al calor utilizando fitohormonas, como Epin o Zircon. Estos productos aumentan la resistencia de las plantas a la sequedad, el calor, los cambios de suelo y la falta de luz.
Otoño e invierno
A partir de octubre, la mayoría de nuestras hierbas perennes comienzan una etapa de reposo, se debilitan y esperan que les proporcionemos un lugar fresco y oscuro. Estas condiciones son necesarias, por ejemplo, para el orégano. Esto puede ser un balcón acristalado donde la temperatura en invierno no descienda por debajo de los 5 grados. La hibernación de las hierbas en un apartamento merece un artículo aparte.
En invierno, en un apartamento promedio, la temperatura no suele superar los 18 grados. Los alféizares donde se encuentran las plantas se calientan más, causando sequedad en el suelo.
Solución: yo personalmente enrollo una toalla de baño y la coloco entre el alféizar y el radiador, dispersando así el calor. Sin embargo, esto es relevante para plantas que no están en reposo, como el romero y el tomillo. Aunque sería mejor trasladarlas a un lugar más fresco (10-12 grados), pero bien iluminado.
Primavera
En primavera, nuestras hierbas entran en una fase de crecimiento activo, y las trasplantamos; en este periodo necesitan un poco más de calor. A veces, la primavera no llega según el calendario, por lo que puede requerirse algo de calefacción adicional.
Solución: practico el riego con agua tibia, de aproximadamente 30 grados.
Ventila las habitaciones por las noches, independientemente de la estación del año. Esto no solo beneficia a las plantas, sino también a nosotros mismos.
En el próximo artículo, hablaré sobre la iluminación adecuada para un huerto en el alféizar .
