Si estás buscando proyectos caseros interesantes y fáciles para niños, intenta comenzar un pequeño huerto en el alféizar de la ventana o germinar semillas de distintas maneras.
Puedes introducir a los niños en la vida de las plantas durante todo el año, destinando un pequeño espacio en el alféizar a este propósito. No es necesario esperar hasta la primavera para emprender este sencillo y emocionante proyecto de germinación de semillas junto a los pequeños.
En los experimentos que describiremos a continuación se necesita algo de paciencia, pero al final, tus niños podrán observar todo el ciclo de vida de una semilla desde el primer día. El nacimiento de una planta es tan asombroso que el interés por esta actividad compartida no desaparecerá. Entonces, ¿cómo explicar de manera fascinante la vida de las plantas a los niños?
Germinación de frijoles en un frasco con bolas de algodón
Esta es la forma más sencilla y a la vez apasionante de enseñar a los niños cómo se desarrolla una planta, especialmente su sistema radicular, que generalmente es un secreto oculto para los pequeños.
Materiales necesarios:
- Un recipiente de vidrio transparente (frasco o vaso);
- Algodones o bolas de algodón;
- Frijoles.
Llena el recipiente con bolas de algodón y coloca un frijol cerca del borde. Humedece el algodón con un atomizador, asegurándote de que esté húmedo pero sin exceso de agua. Coloca el frasco en el alféizar, protegido de la luz solar directa.
La raíz emerge entre los días 2 y 3, y el primer par de hojas se abrirá y desprenderá la piel para el cuarto día. Hacia el octavo o noveno día, la piel se habrá eliminado por completo y las primeras hojas comenzarán a desplegarse en una red de tallos.
En dos semanas, los frijoles se habrán convertido en una joven planta con una compleja red de raíces en busca de más luz solar. Si lo deseas, puedes trasplantar los frijoles al suelo y cuidar de ellos.
Los niños mayores pueden llevar un registro de crecimiento, un “diario del frijol”, hacer dibujos o diagramas. También pueden crear un informe fotográfico juntos.
Huerto en una esponja
Ayuda a los niños a comprender la vida de las plantas de una manera inusual.
Materiales necesarios:
- Esponjas de cocina;
- Semillas de berro o lino (son ideales porque se adhieren fácilmente a cualquier superficie húmeda);
- Agua y palillos de dientes o agujas.
La gran ventaja de esta opción es que los brotes son comestibles y germinan rápidamente. La casa hecha de esponjas puede convertirse en un decorativo atractivo para el alféizar y, sin duda, el interés de tu hijo en el huerto será alimentado por el peculiar crecimiento de esta pequeña vegetación.
Independientemente de la “forma” que elijas para las esponjas, hay algunas reglas universales:
- Las esponjas se cortan más fácilmente cuando están húmedas.
- Deben estar húmedas, pero no saturadas al punto de gotear.
- Humedece las esponjas varias veces con un atomizador.
- Durante los primeros 2-3 días, cubre el huerto con una bolsa para mantener la humedad.
Para el techo de las casitas, puedes mezclar las semillas con agua y dejarlas reposar hasta que se forme una especie de “paté” pegajoso, asegurando que no se deslizarán de la esponja.
Los brotes son comestibles, y tus pequeños estarán llenos de orgullo al comer un sándwich con mantequilla y berro cultivado por ellos mismos.
Cultivando una calabaza dentro de otra calabaza
Este experimento no es tan rápido como el de los frijoles o las semillas de berro, pero seguramente cautivará a los niños en edad preescolar y a los estudiantes más jóvenes. Elige una pequeña calabaza resistente y deja algunas de sus semillas adentro. Llena la calabaza con tierra, planta algunas semillas y riégala. Según el autor del proyecto, la calabaza no desprenderá olores durante su descomposición, pero proporcionará muchos nutrientes a las plantas.
Si comienzas el experimento en marzo, las plantas de calabaza estarán listas para trasplantarse al jardín justo a tiempo para la temporada. Este método original para enseñar a los niños sobre las plantas es muy popular en jardines infantiles británicos y estadounidenses.
Germinación en papel
Enrollamos en un rollo compacto papel higiénico o una toalla de papel, vertemos 2 cm de agua en el fondo (ésta irá subiendo por el papel hacia la judía), colocamos la judía contra la pared del frasco y humedecemos el papel con un spray. La judía forma un sistema radicular con una velocidad asombrosa.